No se trata de si uno gana mucho o apenas lo justo para llegar a fin de mes. Tener orden en las finanzas personales es la clave para alcanzar metas y objetivos, vivir tranquilos y evitar problemas que empiezan siendo pequeños y pueden convertirse en un verdadero dolor de cabeza.
Acá los 3 errores más comunes, esos que todos cometemos en algún momento de nuestra vida adulta y que son un verdadero atentado para la salud de nuestra economía.
Control de Gastos
No controlar los gastos; este es un error en el que caen la mayoría de las personas. No saber cuánto ni en qué se gasta. Para atacar este problema es imprescindible llevar un presupuesto detallado, registrando tanto lo que ingresa como lo que egresa, lo que se gasta. Es ideal dividirlo en gatos fijos, esos que no se pueden evitar ni recortar, como el alquiler, las expensas, el pago de matrículas profesionales, impuestos, educación, etc; y gastos variables. En este segmento es donde, con frecuencia, gastamos más de lo que creemos. No se nota en el momento porque son montos chicos, gastos hormiga, pero a fin de mes probablemente terminen representando una parte importante del ingreso. Salidas a comer, un café y una golosina al paso, estacionamientos porque llegamos tarde para buscar un lugar gratuito (o más económico), delivery de comida varias veces a la semana... y la lista puede seguir. Lo recomendable es controlar lo más posible este tipo de gastos y destinarlo a ahorro.
Ahorro Personales
No ahorrar: casi un ''pecado capital''. Ahorrar debe convertirse en un hábito y en una obligación. No se debe ahorrar lo que sobra, sino establecer un porcentaje de nuestros ingresos. Será el combustible necesario para alcanzar metas y objetivos tanto de corto como de largo plazo: cambiar el auto, ir de vacaciones o remodelar la casa. Una regla sencilla que puede servir es la del 50/20/30. ¿De qué se trata? El 50% del ingreso se destina a pagar gastos básicos, el 20% se ahorra y se separa a principios del mes, como un ''pago más'' (diríamos a nuestro yo del futuro) y el 30% restante se utiliza para gastos personales. Este último ítem estaría vinculado, en el presupuesto que vimos más arriba, a los gastos variables. Si no se puede ahorrar el 20% porque no alcanzan los ingresos, no importa... se puede ahorrar el 1%, el 2% o el 5%, lo importante es entrenar el músculo y no perder la constancia.
Ahorros personales como fuente de inversión
No invertir: De poco va a servir desarrollar el hábito de ahorrar, si ese capital no es invertido. La inversión es la herramienta a través de la cual ponemos el dinero a trabajar, a generar rendimiento, de modo que el esfuerzo que se hace mes a mes ahorrando, no pierda valor. En la Argentina el primer objetivo de cualquier inversión debe ser evitar la pérdida de valor por el impacto de la inflación. A partir de ahí, hay inversiones con más riesgo y con menos, para el corto plazo y para el largo, en pesos y en dólares. Los Fondos Comunes de Inversión (FCI) son un vehículo sencillo para los inversores novatos.
Si estás arrancando, recordá que contar con un fondo para emergencias es esencial. Tiene que estar invertido en instrumentos de muy bajo riesgo y disponible de manera rápida para que nos saque del apuro ante un imprevisto importante.