Creencias que nos alejan de los objetivos. Cuáles son y cómo derribarlas.
Es muy común que, puestos a analizar nuestra situación patrimonial, nuestras metas y objetivos personales, nos autoconvenzamos de que ahorrar, invertir y progresar económicamente son ''lujos'' que pueden darse otros, pero no nosotros.
¡Y claro que estamos en un error! Te compartimos los 5 mitos más frecuentes en torno al ahorro y la inversión. Empezar a cambiar la mirada sobre ellos seguro te empezará a acercar a tus metas y objetivos.
1- Mi ingreso no me permite ahorrar: es uno de los mitos más arraigados. Sin embargo, la imposibilidad de ahorrar suele tratarse más de falta de hábito y control de gastos que de una limitación real.
La primera recomendación es tomar conciencia de los números de la propia economía. Cuánto ingresa al mes, cuánto gasto y lo más importante: en qué estoy gastando. Cuando empezamos a poner atención en este punto, suele surgir que un porcentaje (algunas veces, bastante alto) del ingreso se va en compras, suscripciones, salidas y otros ítems no muy necesarios.
Ordenarse y privilegiar el ahorro es el primer paso hacia la concreción de nuestras metas. La mejor fórmula para lograrlo: ahorrar antes de gastar. ¿Cómo? Estableciendo un monto o porcentaje de dinero que se separa al principio del mes -y no al final- para evitar tentaciones y distracciones.
Lo más importante: no hay montos pequeños.
2- Invertir es solo para millonarios. Este es otro concepto muy instalado. Sólo acceden a los distintos tipos de inversión quienes tienen un capital muy importante. Error.
Actualmente, en el Mercado de Capitales argentino es posible comenzar a invertir con $1.000. Y esa inversión, en pesos o dólares, por mínima que sea, será el comienzo de un plan metódico para alcanzar nuestros objetivos.
Por ejemplo, se puede invertir esa parte del sueldo o ingreso mensual que no vamos a usar por algunas semanas en un Fondo Común de Inversión (FCI) de Money Market, para que nos genere algo de rendimiento en pesos. O tener el hábito de adquirir -con vistas al largo plazo- todos los meses un ETF del índice S&P500 (SPY), y estar así participando de los negocios de las 500 empresas más grandes de los Estados Unidos. Otra alternativa es invertir en bonos de empresas para armar una cartera que nos pague renta periódicamente. La clave no es cuánto, sino cómo lo invierto.
3- Comprar dólares y guardarlos es la ''mejor inversión''. Este, más que un mito, es un error en el que caen la mayor parte de los argentinos. La inestabilidad de nuestra economía y la falta de una moneda estable, nos hacen caer en esta situación.
Los dólares o cualquier otra divisa, como pueden ser euros, NO constituyen una inversión, sino un ahorro en una moneda fuerte y estable.
¿Por qué no es una inversión? Porque la inversión nos permite obtener renta sobre el capital para lograr, poco a poco, el crecimiento de nuestro patrimonio y potenciar el resultado del esfuerzo que hacemos al ahorrar.
En cambio, los dólares guardados en un cajón, en el colchón o la caja de seguridad, no van a incrementarse por más de que pasen los años. Un billete de USD 100, seguirá siendo un billete de USD 100 si lo buscamos en 10 años. Invertidos esos mismos dólares, ''nos pagarán'' unos dólares más al año. Eso es lo que se llama ''hacer trabajar el dinero para nosotros''.
4- Invertir es demasiado arriesgado. Otro mito muy común. Lo arriesgado es empezar a invertir sin entender de qué se trata o cómo funciona el activo elegido, o invertir siguiendo el consejo de un amigo o un familiar.
En el Mercado de Capitales hay inversiones con más riesgo para quienes están decididos a asumirlo en busca de mayores rendimientos, e inversiones más conservadoras para quienes buscan, sobre todo, preservar su capital.
5- Es caro tener un asesor de inversiones, así que me las arreglo solo/a. Un mito que está arraigadísimo y no tiene nada de cierto. La mayoría de los brokers o ALyC, ofrecen a sus clientes asesoramiento gratuito para orientar a cada inversor en la selección de activos que mejor se adapten a su perfil de riesgo y al tipo de objetivos y plazos por los cuales está trabajando. No tiene ningún costo extra.