Todos podemos ser víctimas de estafas piramidales o esquemas Ponzi. Qué tener en cuenta para estar a salvo.
Últimamente están en boca de todos. Ocupan tapas de diarios, son tema de debate en los noticieros y no falta quien conozca a un amigo, un familiar o un vecino que iba a ‘‘hacerse millonario’’ y terminó victima de las tantas estafas en materia de inversiones que andan dando vueltas por Argentina.
No son nuevas, ni serán las últimas (lamentablemente). Tampoco son exclusivas de Argentina. Hoy es Generación Zoe, la catamarqueña Adhemar y otras firmas investigadas por el Banco Central y la justicia. Hace años hubo otras que también hicieron ruido mediático. Todas encajan en lo que conocemos como Estafa Piramidal, Esquema Ponzi, Telar o Flor de la Abundancia.
Nombres diferentes para un mismo tipo de engaño que germina movido por dos situaciones: por un lado, la necesidad económica que impulsa a mucha gente a creer en promesas dudosas para sumar algunos pesos extras. Por el otro lado, un mal que hace estragos por estas épocas y no distingue entre pobres y ricos, con más o menos formación académica: el deseo de obtener resultados inmediatos y con bajo esfuerzo. Lo mismo si es una dieta para perder peso, que si es una estrategia para invertir el ahorro de toda una vida. ¡Queremos que sea ya!
El modo de operación es siempre similar. Tentar al desprevenido con la promesa de alta rentabilidad y negocios “redondos”, de los que se puede participar con baja inversión. La clave: que un amigo sume a otro amigo y así sucesivamente.
Por eso, durante los primeros tiempos, la supuesta inversión suele funcionar. Quien invirtió recibe el rendimiento prometido -que proviene del aporte de capital de otro inversor- y así va dejando más dinero y “atrayendo” más inversores. Así se va armando la pirámide o el telar. El castillo de naipes se cae cuando muchos empiezan a querer rescatar su capital.
¿Qué recaudos tomar para no ser víctima de este tipo de estafas?
- En primer lugar, no dejarse tentar por promesas de ganancias rápidas y rentabilidades altísimas. Si una inversión promete el 15%, el 20% mensual (o más) en dólares… corré para otro lado. Seguro no terminará bien.
- Elegir operar siempre con empresas reguladas, que estén registradas ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) para el caso de inversiones, o el BCRA en el caso de los Bancos.
- Desconfiar de quienes te permiten invertir con dinero en efectivo. Las operaciones que cumplen con todas las reglamentaciones son siempre bancarizadas. ¡Acá y en todo el mundo!
- No dejarse deslumbrar porque la promoción o recomendación venga de famosos, la presentación del proyecto se haga en lugares de lujo o el encargado de manejar las inversiones use autos de alta gama. Todo eso debe ser motivo para activar alarmas.
- Desde la propia CNV, emitieron una serie de recomendaciones para evitar caer en estafas: “el público inversor debe analizar detenidamente la naturaleza de la inversión a realizar y sopesar sus riesgos. Se aconseja ser escéptico respecto del patrocinio realizado por personas famosas sobre este tipo de inversiones”.
- La CNV recomienda también consultar los antecedentes y registro de la empresa involucrada en el ofrecimiento de inversión. Se puede chequear qué agentes sí están autorizados por CNV para operar.
- El inversor debe tener en cuenta que toda actividad de venta y promoción de valores negociables, o la prestación de cualquier tipo de asesoramiento en contacto con el público inversor, están reguladas por la CNV.