En un pasaje del célebre libro de Lewis Carroll llamado “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” hay un diálogo entre la protagonista (Alicia) y un gato muy peculiar.
El intercambio de palabras que mantienen en su primer encuentro es el siguiente:
- “¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?”, preguntó Alicia.
- “Eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar”, respondió el Gato.
- “No me importa mucho el sitio”, agregó Alicia.
- “Entonces, tampoco importa mucho el camino que tomes”, contestó el Gato.
Este pasaje con tintes filosóficos, esconde también un mensaje clave para los ahorristas que buscan convertirse en inversores. La moraleja que nos deja es que para arribar a buen puerto en materia de inversiones, debe trazarse desde el momento cero una hoja de ruta en la que se exprese con el mayor grado de detalle posible cuales son los objetivos y metas que nos hemos propuesto alcanzar.
Aun cuando la búsqueda de un profesional idóneo le allanará el camino para tomar las mejores decisiones, se hace necesario que el futuro inversor encarare a priori un proceso de introspección y análisis personal que le permita brindar respuesta a preguntas que estarán presente en el análisis de su perfil, tales como:
- ¿Cuál es mi punto de partida? Se deberá de definir su situación financiera actual incluyendo un análisis de los ingresos con los que se cuenta y más importante aún, de los gastos corrientes en los que se suelen incurrir. Asimismo será importante cuantificar la deudas que se mantienen y su clase, y que porcentaje de sus ingresos son los destinados a las mismas.
- ¿Cuáles son mis metas concretas? Es imprescindible determinar cuáles son sus objetivos financieros, de un modo realista y concreto. Por ejemplo, «alcanzar la independencia financiera» puede ser un objetivo demasiado difuso y poco operativo. Sin embargo, «ahorrar 10.000 dólares en tres años para hacer un curso en el extranjero» sí es un objetivo concreto: incluye plazo, cuantía y finalidad.
- ¿De cuánto tiempo dispongo para alcanzar el objetivo? Esta respuesta depende de la anterior y le ayudará a determinar el tipo de productos que pueden interesarle.
- ¿Qué nivel de riesgo estoy dispuesto a asumir en el camino? Esta cuestión tiene un componente objetivo (su capacidad financiera, lo que puede permitirse perder) y otro subjetivo (sus conocimientos financieros, su forma de ser y cómo influye en su tolerancia al riesgo).
Del análisis pormenorizado de las preguntas anteriores, sumado a otros elementos de análisis que serán requeridos por su asesor, se procederá a la configuración de lo que se conoce como el “perfil de riesgo del inversor”. La determinación de este constituye un buen punto de partida para la toma de decisiones de inversión, puesto que le ayudará a encontrar qué productos financieros se adecuan a sus necesidades y preferencias.
En un entorno desafiante como el que se vive y dada la dinámica cambiante que presentan hoy los mercados financieros, el equipo de asesores de WINA será un aliado clave a la hora de ayudarlo en la confección del plan de inversión que mejor se adecue para conseguir alcanzar su bienestar financiero.
En términos generales y teniendo en cuenta el objetivo principal delineado, suele hablarse de tres tipos de perfiles de inversor. Estos son:
- Perfil Conservador: Este tipo de inversor busca formar una cartera con escaso riesgo de pérdidas, persiguiendo estabilidad en el valor de sus inversiones a cambio de un crecimiento modesto en el valor de las mismas.
- Perfil Moderado: Este inversor persigue la apreciación de su capital a lo largo del tiempo, priorizando el crecimiento de su capital antes que el percibir rentas periódicas, tolerando asumir oscilaciones en el valor de su inversión a cambio de incrementar su valor en el mediano plazo.
- Perfil agresivo: Este inversor buscará posicionarse en activos que brinden un potencial de apreciación considerable a cambio de aceptar oscilaciones considerables de su inversión durante su horizonte de inversión, esperando que el riesgo asumido sea compensado por el retorno logrado.
Las definiciones brindadas no buscan ser bloques estancos ni rígidos, como así tampoco deben entenderse como inamovibles en el tiempo. La consecución y el alcance de las metas diagramadas o la necesidad de atender nuevas necesidades que surjan, harán que el inversor transite diversos estadios a lo largo de su camino.