Las Letras del Banco Central o LEBAC tuvieron un período de auge entre el 2016 y principios del 2018. Este instrumento de política monetaria del Banco Central de la República Argentina permitió a los inversores, tanto institucionales como privados, obtener
rendimientos que superaron la inflación, el retorno de varias alternativas de inversión con mayor riesgo y hasta la variación del precio del dólar estadounidense. Con un tipo de cambio flotante pero estable, la "bicicleta financiera" permitió a inversores vender dólares, invertir en este instrumento para obtener elevados rendimientos en pesos y recomprar los dólares a un precio similar al de la venta inicial, reportando importantes ganancias en moneda dura. Las LEBAC se convirtieron en una alternativa de inversión "masiva" por su gran atractivo dado que a los elevados rendimientos, se sumaban un nivel de riesgo muy bajo, al ser emitidas por el mismo Banco Central y un elevado nivel de liquidez, ya que se pueden vender en el mercado secundario en cualquier momento.
En marzo de 2018 el stock de LEBAC alcanzó $ 1.300.000 millones, convirtiéndose en una "bola de nieve" difícil de contener. ¿Por qué creció el volumen de LEBAC? Vamos a explicarlo de una manera simple, omitiendo algunas aspectos técnicos para que se entienda la idea general. En primer lugar, es necesario tener en cuenta los dólares que ingresaron al país a través de la deuda que colocó el gobierno desde el 2016 en adelante.
Argentina pide dinero prestado y éste ingresa en forma de dólares principalmente al Tesoro Nacional. El Tesoro tiene que afrontar pagos en pesos y le vende los dólares al Banco Central, quien incorpora los dólares a sus reservas y emite los pesos para entregarlos al Tesoro Nacional. El Tesoro efectúa los pagos en pesos, inyectando ese dinero en la economía local. Para evitar que la inyección de circulante genere mayor inflación, el BCRA "absorbe" nuevamente los pesos, ofreciéndole a quienes tienen excedente de pesos una tasa atractiva para que, en vez de volcarlos al consumo, queden esterilizados. Esa estrategia debía estar acompañada de una fuerte reducción del gasto público, pero este no disminuyó en forma ni oportuna ni suficiente. Como gran parte de la deuda fue a cubrir gastos corrientes, se continuaron inyectando pesos a la economía y para contenerlos, el stock de LEBAC para esterilizarlos terminó creciendo .
Cuando se cortó el financiamiento para la Argentina (con ello el ingreso de dólares), se recurrió al FMI y se cambió la dirección del BCRA, se replanteó la política monetaria y el reordenamiento de los instrumentos para implementarla. Uno de los puntos claves es el plan de desarme de las LEBAC, con el desafío de que todos los pesos que se vuelcan en la economía no generen una disparada de la inflación o del precio del dólar. El stock de LEBAC fue disminuyendo en forma ordenada y coordinada por el BCRA y el Gobierno, aunque con consecuencias peores a las deseadas en términos de inflación y cotización del dólar. Se llegó a mediados de septiembre con un stock de LEBAC de aproximadamente $ 600.000 millones que se continuarán desarmando en las próximas licitaciones. Para fin de año se espera que los bancos del sistema financiero local sean los únicos tenedores de este instrumento. Mientras tanto, las entidades financieras no pueden participar en licitaciones primarias de LEBAC, salvo que sean por cuenta y orden de terceros no bancarios. En cambio pueden suscribir Notas del Banco Central (NOBAC) a un año, Letras de Liquidez (LELIQ) que pasan a ser los principales instrumentos de esterilización del circulante, o bien Letras del Tesoro Nacional (LETES), las cuales no son exclusivas para las entidades bancarias y Letras del Tesoro Capitalizables en Pesos (LECAP), un instrumento adicional que agregó el Ministerio de Hacienda para favorecer la esterilización de pesos.
Como parte de la estrategia, el BCRA dispuso el aumento de los encajes bancarios del 20% al 41% en menos de 9 meses, lo cual implica menor circulante en la economía.
Tras haberse cortado el ingreso de dólares provenientes del endeudamiento, el precio de la moneda experimentó saltos pronunciados hasta llegar a superar el doble en menos de 9 meses. Esto significó el fin de la "bicicleta financiera", ya que las tasas de las LEBAC no llegaron a compensar la suba del precio del dólar y el riesgo de vender moneda dura para colocarse en pesos dejó de ser muy atractivo. Gran parte de las inversiones en LEBAC se volcaron a LETES en dólares que, en el 2018, pasan a ser uno de los instrumentos preferidos de los inversores tanto institucionales como privados.
En un contexto tan volátil con una inflación tan alta, es muy importante invertir correctamente el excedente del cual uno dispone, ya que equivocarse o no hacer nada tiene un costo muy elevado. Una alternativa práctica y conveniente es delegar en expertos la administración de los fondos, en base a las necesidades y los riesgos que uno está dispuesto a asumir. Los Fondos Comunes de Inversión ofrecen una amplia gama de productos para los distintos tipos de inversores y sus requisitos.