Si se pregunta cómo hacer para que los dólares atesorados no duerman el sueño de los justos en su cuenta bancaria o caja de seguridad, a continuación le acercamos diferentes alternativas que le servirán para brindarle un destino más rentable.
Ante la pregunta de cuál es el deporte nacional por excelencia en la Argentina, seguramente no dudará en dar como respuesta que es el fútbol; y si extrapolamos esta pregunta al mundo de las finanzas (aun cuando puedan asomar caras de asombro ante lo “raro” de dicho cuestionamiento), la respuesta también puede será igual de directa: La compra de dólares.
El dinero en una economía cualquiera debería cumplir los siguientes fines:
Ser un medio de cambio: Es decir constituirse como un instrumento con poder cancelatorio y aceptado por la gran mayoría de la población permitiendo el intercambio de bienes y servicios, sin que deba caerse en el trueque.Constituirse como unidad de cuenta: Facilita la medición del precio de todos los bienes de una economía al utilizar un patrón homogéneo.
Percibirse como depósito de valor: Debe ser una reserva del poder adquisitivo a través del tiempo.
Un rápido análisis de los tres aspectos detallados anteriormente dará como conclusión que el peso argentino no cumple en forma íntegra ninguna de las tres cualidades.
Comenzando con la capacidad de la moneda local de actuar como medio de cambio, observaremos que paratransaccionar determinados bienes no es representativa. Basta con acercarse a la vidriera de cualquier inmobiliaria y notaremos que los precios de casas y departamentos están expresados en dólares estadounidenses y no en pesos argentinos.
Lejos está también de configurarse como depósito de valor, ya que el simple paso del tiempo en nuestro país es sinónimo de pérdida del poder adquisitivo, dada la inercia de precios histórica y actual.
Así, podemos decir que la moneda argentina limita su función a constituirse como unidad de cuenta, aunque esta función presenta también fricciones y cuestionamientos al considerar la evolución de los precios relativos de los últimos años.
Dado lo anteriormente descripto, el ciudadano argentino medio -con poca o considerable capacidad de ahorro- ha buscado en el dólar estadounidense un sustituto que le permita encontrar lo que no ofrece el peso argentino: confianza, estabilidad y resguardo de su poder de compra. Asimismo el atesoramiento de dólares también se configura en gran medida como una actividad de inversión. Sin embargo, cuando hablamos de inversión, generalmente se suele hacer referencia a la compra de un activo o adquisición de un producto financiero (como son los fondos comunes de inversión) que nos otorgue un plus de rentabilidad, aunque asumiendo niveles más altos de riesgo. Claramente el atesoramiento de los dólares adquiridos de no ser volcados a una actividad productiva que nos reditúe a través del flujo de beneficios del negocio o hacia una inversión financiera que nos recompense con una renta, comenzará con el tiempo también a perder parte de su atractivo como reserva de valor.
Considerando lo anteriormente dicho y enfocándonos en un inversor argentino con acceso al mercado de capitales que busque sacar un rédito a su capital en dólares sin la necesidad de convertirlo a pesos, detallamos a continuación una serie de alternativas de diferentes riesgos:
- Adquisición de Letras en dólares emitidas por el Estado Nacional. El Estado Nacional utiliza esta fuente de financiamiento para cubrir su déficit tanto en moneda extranjera como gastos locales. Las Letras que emite regularmente el Estado Nacional son como máximo a un plazo de un año, habiendo emisiones de plazos inferiores tales como 180 días o la posibilidad de adquirir alguna ya emitida y que presente un plazo remanente de vencimiento de menor tiempo. Su rendimiento actualmente suele oscilar entre un 3% al 5% anual dependiendo de las condiciones de mercado. El capital invertido es devuelto al vencimiento junto con el interés pactado. Recomendado para perfiles conservadores.
- Adquisición de bonos en dólares emitidos por el Estado Nacional. El Estado Nacional utiliza esta fuente de financiamiento para cubrir su déficit tanto en moneda extranjera como gastos locales. Los títulos públicos que emite regularmente el Estado Nacional presentan un vencimiento mayor que las Letras y otorgan la posibilidad de posicionarse al plazo que más se adecue a las necesidades del inversor. Actualmente, el inversor encontrará una gama de vencimientos que comienzan en el año 2019 hasta llegar a la emisión con vencimiento más prolongado en el tiempo como es el Bono Centenario con vencimiento en el año 2117. A diferencia de las Letras, estos instrumentos retribuyen periódicamente (generalmente de forma semestral) a los inversores abonándole una renta, lo que les permite hacerse de un flujo de fondos con antelación a la devolución del capital invertido. Los rendimientos que puede encontrar el inversor en este segmento van desde el 4% para los plazos más cortos hasta rendimientos cercanos al 12% para las series más largas. Recomendado para perfiles conservadores / moderados.
- Adquisición de bonos en dólares emitidos por empresas privadas. Las empresas privadas suelen concurrir al mercado de capitales en busca de financiamiento para sus proyectos de envergadura, buscando diversificar sus fuentes de acceso al crédito más allá de las entidades bancarias. Aquí también el inversor encontrará un universo muy variado compuesto por emisores de diferentes sectores económicos e instrumentos que presentarán estructuras y plazos heterogéneos. Los principales emisores privados son los relacionados con el sector petrolero y bancario, aunque también se pueden encontrar empresas cuya actividad esté relacionada con el agro o el real state. Recomendado para perfiles conservadores / moderados.
- Adquisición de cuotas partes de fondos comunes de inversión. Para el inversor que desea delegar la administración de su cartera en manos de profesionales, los Fondos Comunes de Inversión se presentan como un vehículo óptimo para lograr diversificación, rentabilidad y una opción para cada perfil de riesgo.
Allaria Fondos ofrece diversas alternativas que permitirán satisfacer las necesidades del inversor que busca darle un destino a sus dólares ociosos. Entre las opciones de FCI apuntadas a un inversor conservador se destacan las siguientes alternativas:
- Allaria Renta Dólar Ley 27.260 FCI. Ofrece exposición a Letras del Tesoro en US$ y a bonos soberanos con vencimiento en el año 2019.
Inversión mínima: US$ 1.000.
Horizonte de inversión: Corto
Rescate: 48 horas.
Perfil del inversor: Conservador
- Allaria Dólares Plus FCI. Ofrece exposición a Letras del Tesoro en US$, bonos soberanos de mediano plazo y emisiones corporativas.
Inversión mínima: US$ 1.000.
Horizonte de inversión: Corto
Rescate: 48 horas.
Perfil del inversor: Conservador
Ambos productos pueden ser combinados de manera de satisfacer de la forma más óptima los objetivos del inversor. Consulta a su asesor financiero quien lo orientará con la decisión a tomar.