Los mercados globales arrancaron el año con la misma dinámica observada en los últimos meses del año anterior. Las intervenciones de los bancos centrales, sumado a los estímulos fiscales pasados y futuros, siguen dando sustento a los activos financieros en la mayor parte del mundo. De hecho, en lo que va del 2021, son varios los ejemplos de activos con subas formidables, sin un fundamento que sustente semejante variación de precios.
En particular, en EUA los mercados de acciones siguen haciendo nuevos máximos, y la relación de precios entre la renta variable y la renta fija (tanto soberana como corporativa) alcanza niveles nunca vistos. Esta dinámica se fundamenta en el hecho de que el mundo está empezando a vacunarse contra el covid19, a la vez que el gobierno demócrata está decidido a continuar con los subsidios fiscales hasta ver que la pandemia haya quedado en el espejo retrovisor. Por lo tanto, más allá de que las acciones tengan una valuación elevada, las perspectivas de tener por delante al menos dos años de crecimiento de la economía, sumado a tasas de interés que lucen muy bajas para un mundo en recuperación, sigue direccionando el flujo de inversiones hacia activos de mayor riesgo. Con este panorama, luce razonable armar una canasta de commodities dentro del portafolio de inversiones, ante la posibilidad de observar una inflación creciente en el segundo semestre de este año, a medida que la movilidad y la actividad económica vaya volviendo a la normalidad.
Para continuar leyendo descargá el informe.