Hay dos elementos claves de la política económica que llenan las páginas de los diarios: la tasa de interés y el tipo de cambio. En Argentina, estamos más acostumbrados a seguir los vaivenes del tipo de cambio y prestamos menos atención a la tasa de interés. Esta dualidad entre tasa y tipo de cambio afecta la forma en que invertimos.
La emisión de deuda a tasas atractivas que superan la inflación permite que el exceso de dinero circulante se canalice en ahorro y no se dirija al consumo. En el mercado financiero este tipo de política se conoce como "secar la plaza". Por el contrario, cuando bajan las tasas de los activos emitidos, el objetivo es "inyectar liquidez en la plaza". A través de la emisión de letras influye primordialmente sobre la tasa de interés. Cuando el Banco Central sale a vender dólares para bajar el tipo de cambio, también está sacando del mercado pesos. Por el contrario, cuando compra dólares está inyectando moneda local en el mercado. Las dos opciones son válidas, a las autoridades monetarias les resta decidir si prefieren sacrificar reservas para contener el tipo de cambio, o aumentar la tasa de interés. La consecuencia indirecta del aumento de la tasa, es que menos capital va a inversión real en proyectos productivos.
También nos afecta la tasa de la FED y de los bonos norteamericanos. La FED es la Reserva Federal de los Estados Unidos, algo similar al rol que cumple en nuestro país el Banco Central. Hay un efecto denominado “Fly to Quality”, esto quiere decir que los inversores salen de los países emergentes y vuelven hacia inversiones más seguras en países desarrollados cuando estos aumentan su tasa. Por lo tanto, el aumento reciente de la tasa de la FED generó un re direccionamiento de los fondos, que terminó impactando en nuestro tipo de cambio.
Los Estados Unidos son considerados libres de riesgo, esto se debe a que el país es el emisor de la moneda más valorada globalmente. En general, la tasa de interés que brindan los bonos está compuesta por dos elementos básicos: la tasa libre de riesgo y un plus por el riesgo que a cada país le es propio. Por lo tanto, si Estados Unidos aumenta su tasa, aumentan el resto de las tasas. Es decir que para nuestro país le será más caro emitir nueva deuda y financiarse en mercados externos.
¿Son todas malas noticias? ¿Qué hago con mis ahorros?
No, a medida que nos vamos acercando a mitad de año estamos experimentando un reacomodamiento del mercado. Los datos de crecimiento económico son buenos, y luego de los aumentos de tarifas se espera una inflación en baja. Si finalmente logramos entrar al índice MSCI, que es el índice de mercados emergentes de Morgan Stanley, tendremos un espaldarazo fuerte. Por lo tanto, es un momento para estar atentos y tener una diversidad de opciones disponibles. Si invertís en fondos, lo mejor es tener una familia de productos que te permita pasar de tasa en pesos a rendimiento en dólares y algo de exposición al mercado de acciones locales que puede seguir creciendo. En estos momentos de inflexión, es cuando más útil es el rol de un buen asesor financiero y un equipo de research sólido. Te propongo también que leas el siguiente artículo y escuches a Paula Bujía hablando con “Mercados a Fondo” sobre el tema.