La mayoría de los países del mundo que cuentan con su propia moneda tienen un banco central, el cual cumple entre otras funciones la de regulación del sistema financiero local. Sin embargo, el desenvolvimiento de pocos es seguido tan de cerca por los inversores como el de la Reserva Federal.
La preponderancia de los Bancos Centrales se fundamenta principalmente en la influencia que mantienen sus acciones sobre el conjunto de la economía de un país. Estas instituciones se encargan de determinar aspectos claves como la tasa de interés, la cantidad de crédito y la oferta de dinero, todo lo cual tendrá impacto en las decisiones que habitualmente tomen los individuos y empresas en materia de consumo, inversión y endeudamiento, así como también en el camino de los precios de los activos en los mercados financieros.
Uno de los objetivos primordiales que comparten la mayoría de los bancos centrales del mundo es la estabilidad de precios, lo que permite mantener la salud del signo monetario local, buscando que el mismo no pierda su función de reserva de valor. Sin embargo, su mandato puede exceder este objetivo y contemplar otros aspectos tales como: a) Favorecer el alcance de una tasa de desempleo adecuada, b) Contribuir con la expansión de la economía, c) Velar por la estabilidad de los mercados financieros, d) Lograr estabilidad de la tasa de interés y de los mercados de divisas. Como ejemplo, podemos citar el objetivo diagramado en la carta orgánica de nuestro BCRA, el cual muestra una multiplicidad de metas a ser tenidas en cuenta en su actividad diaria: “El banco tiene por finalidad promover, en la medida de sus facultades y en el marco de las políticas establecidas por el gobierno nacional, la estabilidad monetaria, la estabilidad financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social”.
La relevancia de estas entidades en el ámbito mundial está fuertemente relacionado con la significatividad de las economías a la cual pertenecen. Así, notaremos que los bancos centrales que mayor influencia presentan para el derrotero de la economía mundial son el de los Estados Unidos de América (Reserva Federal), el perteneciente a la Unión Europea (Banco Central Europeo), el de Japón (Banco de Japón) y en los últimos años dado el papel destacado que viene mostrando su economía, podemos sumar al de la República Popular China (Banco Popular de China).
En virtud del carácter que mantiene el dólar estadounidense como moneda en el contexto internacional y la magnitud de la economía norteamericana, el desempeño de su banco central conocido popularmente como la “Reserva Federal” es seguido muy de cerca por todo el conjunto de los mercados financieros. Tanto sus decisiones sobre política monetaria, como los diferentes informes emitidos sobre el estado de la economía y hasta las declaraciones de sus autoridades son analizados de forma pormenorizada buscando pistas sobre sus planes futuros y las consecuencias que podrían aparejar. Los inversores particularmente posan su atención en las acciones que tome el Banco Central respecto a la tasa de interés. Un alza de la misma puede interpretarse como necesaria para aplacar tensiones inflacionarias que se gestan como consecuencia de un crecimiento de la economía por encima de su potencial. Por el contrario, una baja de la misma daría señales de que el crecimiento comienza a perder vigor y es necesario apuntalarlo con estímulos monetarios.
Actualmente, Estados Unidos se encuentra en un proceso denominado de “normalización de su política monetaria”. Este camino viene precedido de la toma de medidas extraordinarias por parte de la Reserva Federal para atacar los efectos de la última crisis financiera que tuvo lugar en el año 2017, con epicentro en su propio mercado bancario. Entre las medidas adoptadas se cuenta el haber llevado su tasa de referencia a un valor de 0% y haberla mantenido en esos niveles durante un lapso considerable. Más de diez años después, la Reserva Federal aún no ha logrado ubicar a la tasa de interés en un nivel considerado de equilibrio.
La vigilia mostrada por los inversores sobre las decisiones de este Banco Central ponen de manifiesto que el derrotero de los mercados financieros continúa siendo fuertemente dependiente de los estímulos monetarios y expone la fragilidad de un crecimiento económico que no termina de brindar sólidos fundamentos que guíen por si solos a los precios de los activos financieros.
En el presente, la tasa de política monetaria de referencia de la Reserva Federal, llamada “fedfunds” se encuentra en un nivel de 2,5%, la cual fue ratificada en la primera reunión llevada a cabo este año durante los últimos días del mes de Enero 2019. Los mercados en general encontraron en el comunicado oficial emitido por el board una mención al futuro accionar del banco que recibieron con beneplácito: El Fed será paciente a la hora de realizar nuevos ajustes al alza en su tasa de referencia, lo que podría ser acompañado también de una pausa en la reducción de su hoja de balance (entendiéndose que desprenderán a una menor velocidad de los títulos que mantienen en cartera).
Los inversores esperan que la adopción de una postura de “wait and see” (esperar y ver) se mantenga inalterada por parte del Banco Central de EUAdurante la mayoría del año 2019, ofreciendo a la economía de ese país un sustento que le permita sortear una recesión económica de la cual se viene hablando cada vez con mayor asiduidad. La convalidación de estas expectativas será clave para saber si el mercado accionario puede continuar buscando nuevos horizontes al alza o estamos a las puertas de una corrección que podría borrar las ganancias con las que comenzó el año 2019.