Antes que nada, vale aclarar que en esta nota, hablamos muuuucho de tasas. Si te interesa reforzar sobre el concepto de diferentes tipo de tasas, antes de leer la nota, te sugerimos pases a visitar este blog post primero. Dicho eso, ahora si...
Durante el año 2018 la Argentina se vio sometida a importantes episodios de inestabilidad cambiaria, principalmente por dos factores: a) Una incipiente fuga de capitales que afectó a gran parte de los mercados emergentes, y en particular a la Argentina, dada su debilidad en el plano fiscal y de cuentas externas respecto a otras economías. b) La fuerte sequía que azotó al sector agropecuario (según estimaciones del Ministerio de Haciendo dejaron de ingresar US$ 8.500 millones), la cual privó al país de una fuente importante de divisas necesarias para afrontar sus compromisos financieros. Dichos eventos produjeron que el gobierno se viera obligado a solicitar la asistencia del FMI y junto con ello realizar cambios internos, particularmente en el desarrollo de la política monetaria del BCRA, recalibrando el curso de acción implementado hasta ese momento.
El desembarco del FMI en la economía argentina trajo aparejado cambios en la dinámica que venía observando hasta ese momento el accionar del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Junto con el acuerdo stand by firmado con el organismo multilateral por US$ 50.000 millones, en una primera etapa se decidió recalibrar el esquema de metas de inflación que se encontraba vigente, autorizando intervenciones limitadas en el mercado cambiario con el fin de moderar movimientos disruptivos en el tipo de cambio que pudieran afectar la estabilidad financiera o el sendero de desinflación acordado. Estos cambios estuvieron acompañados también por la designación de un nuevo presidente en el BCRA, en lugar de quien había refrendado los lineamientos técnicos del plan con el FMI. De esta manera, se produjo el reemplazo de Federico Sturzenegger, quien había tomado las riendas en el mes de Diciembre de 2015 por el hasta ese momento Ministro de Finanzas, Luis Caputo. El nuevo presidente asumió con fecha 14 de Junio de 2018.
Durante el mes de Agosto 2018 volvieron a manifestarse episodios de tensiones cambiarias como resultado de la confluencia, nuevamente, de factores tanto externos como internos, que encontraron a la economía todavía expuesta a la reversión abrupta en los flujos de capitales. En el plano externo, se destacó la inestabilidad financiera proveniente de Turquía, que produjo un efecto contagio sobre la mayoría de las monedas emergentes. En el plano doméstico, las dudas acerca de la sostenibilidad del sendero de convergencia fiscal anunciado en el acuerdo con el FMI y la incertidumbre generada por las investigaciones judiciales de las causas de corrupción fueron factores relevantes de inestabilidad. La cotización de la divisa norteamericana acumuló una suba de 42% entre fines de junio y fines de septiembre de 2018.
Luego de esta renovada corrida cambiaria, las diferencias internas de pensamiento entre la nueva autoridad del BCRA, el ministerio de Hacienda y el FMI se hicieron más pronunciadas y desencadenaron en un nuevo cambio en la cúpula del BCRA. La presidencia de Luis Caputo finalizó el día 25 de Septiembre de 2018, dando lugar a la llegada del actual presidente Guido Sandleris.
A partir de esta nueva asunción se toma la decisión de dejar de lado definitivamente el esquema de metas de inflación, y se decide pasar a otro basado en controlar la cantidad de dinero circulante en la economía (base monetaria), basado en la evidencia de la relación existente entre dinero y precios. Este nivel de circulante en principio se había establecido que se mantendría inalterado hasta el mes de Junio 2019, permitiéndose una expansión en los meses de Diciembre y Junio, para atender las mayores necesidades estacionales de dinero. Sin embargo, luego de conocida la inflación del mes de Febrero 2019, la cual se ubicó por encima de las expectativas del mercado, el presidente del BCRA en conferencia de prensa de fecha 14 de Marzo de 2019 informó que el objetivo de crecimiento cero de la base monetaria se extendería hasta fines del año 2019, se haría permanente el sobrecumplimiento del nivel de base monetaria en relación a los límites máximos impuestos para cada mes por la entidad y se eliminan los ajustes por estacionalidad previstos originalmente para los meses de Junio y Diciembre.
Conjuntamente con este esquema se ha definido lo que se conoce como una “zona de libre flotación” del tipo de cambio limitada por una banda superior y una inferior. Así, de ubicarse la cotización del cruce US$/S dentro de esta zona, el BCRA no podrá realizar compras ni ventas de divisas, quedando este mecanismo habilitado para el caso que la cotización de la divisa se encuentre por encima (se autoriza a la venta de hasta US$ 150 millones diarios por parte del BCRA) o por debajo de estos límites (se autoriza la compra de dólares hasta US$ 50 millones por día y hasta un 2% de la base monetaria). La zona de no intervención se definió inicialmente entre $34 y $44, ajustándose diariamente a una tasa de 3% mensual hasta fin de año y de 1,75% hasta el mes de Junio 2019. Los valores inferiores y superiores de la banda a fines del mes de Marzo 2019 se ubican en $ 39,389 / $ 50,974 (ancho de la banda: 29,4%), respectivamente.
Asimismo y con la intención de blindar de independencia al BCRA y fortalecer confianza en su accionar, el presidente Sandleris informó en la misma conferencia que se enviaría un proyecto de reforma de la Carta Orgánica del Banco Central al Congreso Nacional con el fin de fijar dos objetivos claros:
a) El primero sería establecer que el objetivo prioritario del BCRA es la estabilidad de precios. Cabe recordar que al día de hoy el objetivo definido para el BCRA incluye también la estabilidad financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social.
b) Prohibir que el BCRA financie al Tesoro Nacional. Este último punto se ha reconocido como una de las principales causas de la inflación en la Argentina, denominándose “monetización del déficit fiscal”, a través del cual el BCRA realizaba adelantos transitorios al Tesoro Nacional para financiar las necesidades de gasto a cuenta de futuras ganancias por las reservas internacionales que mantiene la entidad monetaria en moneda extranjera.
El seguimiento de la base monetaria se realiza periódicamente por parte del BCRA y los controles de su evolución son administrados a través de subastas diarias de lo que se conoce como Leliq (Letras de liquidez), la que constituye la tasa de política monetaria local. Estas subastas permiten al BCRA contraer o expandir la base monetaria de acuerdo a los requerimientos técnicos que deban ser cumplimentados. Mayores absorciones de circulante suelen estar relacionados con un incremento de la tasa de interés y expansiones del circulante con bajas de la misma.
El sesgo contractivo de la política monetaria del BCRA ha producido un importante incremento de la tasa de las Leliqs durante el año 2019, con el objeto de contener movimientos al alza del tipo de cambio. Actualmente la tasa de política monetaria se encuentra en un valor cercano al 60% y se espera que continúe en estos niveles con el fin de evitar deslizamientos al alza del dólar en la plaza local, máxime en un año eleccionario donde se acentúa la tendencia a la dolarización de los portafolios de inversión.